Pero ¿cuáles son las claves de estas tres
estrategias (pasión, personalidad y transparencia) con las que las
grandes marcas se han hecho enormes en las redes sociales?
1. Marcas apasionadas
Por más que le guste, es fácil hartarse de lo que una marca de bebidas
energéticas tenga que decir, a no ser que esa bebida forme parte de una
experiencia óptima asociada con esa marca. Es el caso de Red Bull,
que utiliza el poder de atracción de las imágenes de deportes de acción
en las redes sociales, con vídeos y fotografías en que jóvenes
deportistas ponen en juego su vida realizando actividades extremas.
Algo parecido hace Nike,
que a través de sus acciones de comunicación en redes sociales resalta
el trabajo de atletas profesionales y amateur con un mismo objetivo:
reconocer los logros deportivos.
2. La personalidad de las marcas
No todas las marcas tienen la posibilidad de conectarse con actividades de ocio como puede hacer Nike. Por eso, marcas como Oreo
han descubierto que su interés no puede estar en conectar con una
pasión particular, sino en basar la actividad en medios sociales de la
marca con su personalidad.
3. Marcas transparentes
Las marcas transparentes quieren hablar acerca de lo que hacen en el mundo real, como IBM,
que acoge 32.000 blogs individuales de sus empleados y produce
contenidos propios sobre la tecnología que ha lanzado al mundo. Una
proposición de transparencia que parece inherente a las marcas
digitales, pero que también se debe trasladar a otras industrias,
especialmente en marcas y categorías en las que los consumidores se
toman en serio recibir la información que quieren, pero hacia las que no
se sienten necesariamente apasionados.
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