Iluminar no es tarea fácil, menos aún si la iluminación que queremos usar no es artificial y por lo tanto, no podemos controlarla del todo. Uno de los principales problemas de este tipo de iluminación es la aparición de sombras no deseadas que pueden dejar parte de nuestro sujeto completamente oscuro y sin detalle.
Sin embargo, siempre hay trucos para evitar estas molestas sombras: cambiar la posición del sujeto o utilizar un reflector, por ejemplo. Durante el atardecer, el sol está cada vez más bajo y por lo tanto, las sombras que los sujetos proyectan son cada vez más largas (sí, ¡esto también pasa al amanecer!). Podríamos decir que estas sombras proyectadas tienen más personalidad, son especiales a nivel visual y nos pueden dar muchísimo juego fotográfico si intentamos incluirlas en nuestras composiciones. Entre otras cosas porque pueden darnos muchísima profundidad: al ser tan largas, pueden ayudarnos a guiar la vista des de el primer plano de nuestra imagen hasta el fondo.
Luz Cálida
La cantidad de atmósfera que debe atravesar la luz del sol hasta llegar a nosotros es muy distinta durante las horas centrales día frente al momento del atardecer. Así que es normal que la cantidad y calidad de la luz que nos llega en este ratito antes del anochecer sea diferente. Si durante el día el sol nos da una luz más bien blanca, al atardecer nos regalará una luz rojiza.Esto significa que, inevitablemente, las fotografías que tomemos en estos momentos tendrán una dominante más cálida. Esto puede remediarse cambiando el balance de blancos antes de hacer la fotografía (o después si disparas en RAW), sin embargo también puede ser aprovechado para conseguir un ambiente que no se puede conseguir con una luz más blanca. Esta iluminación es estupenda para realizar retratos, por ejemplo.
Contraluces más fáciles
Es cierto: realizar contraluces es relativamente fácil en cualquier lugar y momento del día: basta con situar nuestra fuente de luz detrás de aquello que vamos a fotografiar. Sin embargo, si queremos realizar un contraluz muy extremo usando el sol, nos será más complicado porque en la mayor parte del día, el sol estará en una posición que nos obligará a cierto tipo de fotos (por ejemplo, contrapicados).Durante el atardecer, como ya sabemos, el sol está más bajo y por lo tanto, utilizarlo para poder conseguir usarlo como fuente de luz para nuestros contraluces, será más fácil. Esto sumado a los colores cálidos que nos proporcionará el atardecer, puede dar como resultado fotografías muy especiales, imposibles de conseguir en otros momentos del día. Además, el atardecer puede ser el mejor momento para incluir el sol en la composición de nuestras fotografías: por un lado porque, al estar más bajo, nos será más fácil pero, a la vez, porque la cantidad de luz que nos llega de él es menor y por lo tanto, estará en más armonía con el resto de elementos de tus fotografías.
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