Y la primera parada se ha producido en la capital británica y con el
auditorio Olympia vestido de gala para la ocasión. Insistiendo
especialmente en el número 4 como símbolo decorativo (que ya no hay que
referirse al terminal mediante la fórmula romana "IV"), Samsung volvió a
recordar todas las virtudes del sucesor del Galaxy S III, aunque sin llegar a anunciar casi ningún dato que no hubiese trascendido ya.
Y decimos casi porque la fecha de desembarco fijada para el próximo 27
de abril (a nivel mundial, España incluida) ya era de dominio público,
pero el fabricante asiático ha apurado un poco más para anunciar también
desde qué hora exacta podrá comprarse. Así, desde las 10 de la mañana
de ese día ya habrá unidades en los escaparates de ciudades estratégicas
como el mismo Londres, Madrid, París o Roma.
¿Se formarán largas colas como cuando debuta un nuevo iPhone? Habrá que
verlo, pero mientras tanto los interesados deberán ir preparando los
aproximadamente 700 euros que habrá que desembolsar por el terminal.
Como ya se aclaró el mismo día de su presentación, por cierto, el Galaxy
S4 llegará a Europa con conexión LTE y un procesador de cuatro núcleos
firmado por Qualcomm (que no el afamado chip Exynos de ocho núcleos).
Galaxy Mega
Una sensación muy ligera entre las manos pese a llevar una pantalla de 5
pulgadas, una gran nitidez gracias a la resolución Full HD, nuevos
recursos de software que permiten pausar un vídeo sólo con alejar la
vista de la pantalla… argumentos para decir que el Galaxy S4 es un gran
smartphone la verdad es que no faltan. "Pero una sola talla no sirve
para todos", dijeron los oradores de Samsung al final de la presentación
para introducir una sorpresa que se habían estado guardando.
Y es que también estuvo presente en el evento el recién anunciado Galaxy Mega,
y más concretamente el modelo que se atreve con una pantalla de nada
menos que 6,3 pulgadas y cuyo aterrizaje en Europa está previsto para
mayo.
¿Es cómodo de sostener? Si se lo preguntamos a Pau Gasol puede que diga
que le viene como un guante, pero empuñándolo con unas manos de tamaño
estándar lo cierto es que la sensación de gigantismo es tremenda. Tras
toquetearlo durante un rato, de hecho, uno puede quedar un tanto
descolocado, hasta tal punto que el mismo Galaxy S4 le parezca pequeño.
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