Presentado en septiembre de 2014 en plena feria Photokina de Colonia, el Panasonic DMC-CM1
atrajo todos los focos de atención por su particular propuesta: un
smartphone basado en Android y armado con un sensor CMOS de nada menos
que una pulgada. Una prestación que lo encarama, todavía a día de hoy, a
lo más alto del segmento de los teléfonos fotográficos.
Tantas
son sus bondades en este terreno, que finalmente la parte fotográfica
del CM1 ha acabado arrinconando a la telefónica hasta expulsarla del
terminal. Y es que Panasonic ha presentado en Japón la Lumix DMC-CM10, una versión de su terminal que carece de la posibilidad de hacer o recibir llamadas.
Así, la nueva CM10 abandona la nomenclatura de smartphone para
convertirse en una cámara de fotos con sistema operativo Android 5.0
(alias Lollipop) y conexión a redes LTE.
El resto de prestaciones se mantienen aparentemente intactas respecto
a su predecesor, empezando por el sensor de 20 megapíxeles –tan grande
como el que incorporan las cámaras de la saga RX100 de Sony,
por ejemplo- y el objetivo de 28 milímetros y f2.8 firmado por Leica.
No hay cambios tampoco en los 16 GB de memoria interna, el procesador
Snapdragon 801 y el grosor de 15 milímetros, que asciende a 21 en la
zona del objetivo.
Por el momento la nueva Lumix CM10 solo estará
disponible en Japón por unos 100.000 yenes, unos 800 euros al cambio. Se
trata de 100 euros menos que el precio de lanzamiento del CM1.
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